SÍNTESIS DE LAS LECTURAS DEL MÓDULO 1 DEL CURSO

Estas lecturas son importantes no sólo porque son un ejemplo de cómo se rompen los paradigmas de la escuela tradicional; es decir, la del docente que habla y escribe en un tablero y el estudiante que escucha sentado en un pupitre, sino que también estos modelos de enseñanza que se proponen están centrados en el individuo de manera que el estudiante sea el único responsable de su aprendizaje ya que el profesor se convierte en un facilitador, en un tutor.
Por intermedio de estas lecturas, he cimentado la pedagogía con apoyo de la tecnología que vengo manejando sobre todo desde hace unos cinco años para acá porque no todos los Planteles Educativos colombianos están equipados con las herramientas más básicas para un salón de clase actual, tales como computadores, televisores, grabadoras y DVD. Este panorama de desolación tecnológica es muy evidente en las poblaciones apartadas de las grandes capitales colombianas como en el caso de Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cali, Barranquilla y Cartagena; y aún dentro de estas ciudades hay sectores que carecen de algunos de estos mínimos recursos. Sin embargo, nuestra creatividad como docentes nos ha permitido seguir adelante dándole a unas simples tijeras con unos trozos de papel la oportunidad de servir de medios alternativos de aprendizaje. En el Colegio “Castilla” Jornada Tarde de Bogotá he podido plantear y compartir muchos cambios pedagógicos significativos que muchas veces riñen con el Manual de Convivencia en cuanto al uso de celulares, IPODS, MP3 y otros elementos con miras pedagógicas. No ha sido un proceso fácil pero los Directivos Docentes ya me entienden y hemos logrado estar junto con otros compañeros en foros y en proyectos sobre el manejo pedagógico de TIC’s a nivel Distrital.
Como ideas que han surgido en mí puedo decir que hay que ver oportunidades de cambio en todas las acciones pedagógicas que se desarrollan. Esas oportunidades de cambio deben conducir a la apertura de nuevos derroteros de aprendizaje que beneficien a todos.
Dice Macedonio Alanís que “el proceso de adopción por un grupo de personas involucra gran incertidumbre y requiere creatividad y algo de suerte”. En este último elemento, la suerte, no comparto la idea por cuanto nada de lo que ocurra al interior del aula de clase debe quedar al azar. Se debe actuar con mucha inteligencia incluso ante las reacciones inesperadas para dar respuestas certeras. Los estudiantes de hoy cuando son niños y jóvenes son los mejores adeptos de las innovaciones. A ellos se les puede acercar más fácilmente al conocimiento por medio de la tecnología. En cambio, los adultos en no pocas ocasiones estamos encasillados en unos modos de hacer que no queremos cambiar. En la educación para adultos se hace más difícil introducir innovaciones pues estas generan en muchos adultos miedos, inseguridades e incertidumbres que no son tan comunes dentro de su ámbito vital. La reacción inteligente ante estos normales sentimientos debe ser el atreverse pues por ejemplo, si el computador tienen un virus y necesitamos formatear no por ello debemos estar llamando continuamente a un técnico que nos saque un dinero considerable por la “reparación” sino que debemos lanzarnos a lo nuevo arreglando nuestro propio computador así quizás nos equivoquemos. El mundo es de los que se atreven. Cambiar un día el tablero por la conexión a internet con claros fines pedagógicos en una materia generará un cambio positivo hasta en la relación docente – estudiante. Y si llega el día que en clase no puedo conectar el videobeam, pues le digo a uno de mis estudiantes y eso no deja que yo siga siendo el docente…
Una clase, una estrategia pedagógica bien diseñada y sustentada puede ser atrayente para los muchachos y para los adultos, lo cual hace que las innovaciones se adapten de manera rápida. Las innovaciones tecnológicas en educación deben responder también a las diferentes etapas planteadas por Jean Piaget como etapas de desarrollo cognitivo con el fin de no caer en extremos tales como el apabullamiento o en caso contrario en el aburrimiento.